martes, 24 de noviembre de 2009

De Bertha C Ramos. LUTO CERRADO


Viudo vivió la muerte de Mujer con la misma decepción con que vivía las derrotas de su equipo en la final del campeonato de fútbol. Estuvo apático y distante. Cero palabras. Cero alimentos. Cero sexo manual. Escasamente las sistemáticas entradas al baño que su próstata demandaba. Quienes no conocieron a Viudo antes de viudo, hubieran podido creer que también moriría, pero quienes sabían de su espíritu pagano y su fascinación por la naturaleza de los cuervos y los alacranes, comprendían su riguroso luto y su mirada desesperada. Mujer, por el contrario, ya no sabría nunca más nada de nada. Ni de historias o histerias. Ni de penes o penas. Ni de rutas o putas. Ni de sones o rones. Ni de suertes o muertes. No sería testigo de cuánto disfrutaría Viudo después de haber quedado viudo. Esa era precisamente la razón por la que Viudo vivió la muerte de Mujer con la misma decepción con que vivía las derrotas de su equipo en la final del campeonato de fútbol.
CuentosdeBCRamos. Del libro Palabras Pesadas.
Egon Schiele. Autorretrato pellizcándome la mejilla.

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