jueves, 5 de noviembre de 2009

De Eduardo Galeano. La pasión de decir/1 y otros.

Marcela estuvo en las nieves del Norte. En Oslo, una noche, conoció a una mujer que canta y cuenta. Entre canción y canción, esa mujer cuenta buenas historias, y las cuenta vichando papelitos, como quien lee la suerte de soslayo.
Esa mujer de Oslo viste una falda inmensa, toda llena de bolsillos. De los bolsillos va sacando papelitos, uno por uno, y en cada papelito hay una buena historia para contar, una historia de fundación y fundamento, y en cada historia hay gente que quiere volver a vivir por arte de brujería. Y así ella va resucitando a los olvidados y a los muertos; y de las profundidades de esa falda van brotando los andares y los amares del bicho humano, que viviendo, que diciendo va.


La noche/1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.

La noche/2
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.

La noche/3
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.

La noche/4
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando,se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.

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