miércoles, 31 de marzo de 2010

De W.B. Yeats. Arribo de la sabiduría con el tiempo.

Arribo de la sabiduría con el tiempo
Aunque las hojas sean muchas, la raíz es sólo una.
A través de los mentirosos días de mi juventud
mecí mis hojas y flores al sol.
Ahora puedo marchitarme en la verdad.
De El yelmo verde y otros poemas.

Meditación en tiempo de guerra
En lo que dura la palpitación de una arteria,
sentado en esa piedra gris,
bajo el árbol quebrado por el viento,
supe que Uno es animado,
la humanidad inanimada fantasía.
De Michael Robartes y la bailarina

La rueda
A través del invierno invocamos la primavera,
Toda la primavera llamamos al verano,
y cuando ya resuenan los setos rebosantes
declaramos que lo mejor es el invierno.
Y después nada hay bueno
porque la primavera no ha venido.
No sabemos que aquello que perturba nuestra sangre
es sólo su nostalgia de la tumba.
De La torre.

domingo, 28 de marzo de 2010

De Fernando Pessoa. Empiezo A Conocerme. No Existo.

Empiezo a conocerme. No existo.
Soy el intervalo entre lo que deseo ser y los demás me hicieron,
o la mitad de ese intervalo, porque además hay vida…
Soy esto, en fin…
Apaga la luz, cierra la puerta y deja de hacer ruido de
zapatillas en el pasillo.
Quede solo yo en el cuarto con el gran sosiego de mí mismo.
Es un universo barato.

sábado, 27 de marzo de 2010

De Eduardo Galeano. La pequeña muerte.

No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.
De El libro de los abrazos.

De Andre Breton. El verbo ser.

Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se sienta necesariamente a una mesa quitada en una terraza, de noche, a la orilla del mar. La desesperación es y no es el retorno de una serie de pequeños hechos como semillas que al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una piedra o el vaso de beber. Es un barco plagado de nieve, si queréis, como los pájaros que mueren y su sangre no tiene el más mínimo espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña, delimitada por joyas de pelo. Es la desesperación. Un collar de perlas para el que no se sabría encontrar broche y cuya existencia no pende siquiera de un hilo, eso es la desesperación. Del resto no hablemos. Acabaríamos por desesperarnos si comenzáramos. Yo desespero del tragaluz hacia las cuatro, desespero del abanico hacia las doce, desespero del cigarrillo de los condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano permanece siempre ante la desesperación jadeando, ante la desesperación que los espejos jamás nos dicen si ha muerto. Vivo de esa desesperación que me encanta. Me gusta esa mosca azul que vuela por el cielo a la hora en que las estrellas canturrean. Conozco a grandes rasgos la desesperación de los largos y frágiles asombros, la desesperación de la soberbia, la desesperación de la ira. Me levanto todos los días como todo el mundo y extiendo los brazos sobre un papel de flores, no me acuerdo de nada, y siempre descubro con desesperación los bellos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitación es bello como unas baquetas de tambor. Forma un tiempo de tiempo. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento que me ayuda. ¡Se tendrá idea de semejante desesperación! ¡Fuego! Ah, vendrán otra vez... ¡Socorro! Helos ahí cayendo por la escalera... Y los anuncios de periódico, los letreros luminosos a lo largo del canal. A grandes rasgos la desesperación carece de importancia. Es un incordio de estrellas que de nuevo va a formar un día de menos, es un incordio de días de menos que de nuevo va a formar mi vida.
Tomado de amediavoz.com
André Breton  ( Francia, 1896 - 1966 ) Versión en español de Manuel Álvarez Ortega

viernes, 26 de marzo de 2010

De Mario Benedetti. Enamorarse y no.

Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo

SEXO POR SAXO. Bertha C Ramos.

Estaba un desengañado saxofonista tocando en la madrugada en una banca del parque, y llegó una prostituta que le dijo: “Te cambio sexo por saxo”. Entonces, ella le dio el sexo más exquisito de los que sabía su cuerpo, con tal de escuchar el saxofón tocando una melodía que acompañara el susurro con que llegan los primeros destellitos de la aurora. Pero, el músico era un hombre, y tan pronto eyaculó, le entregó el saxofón y se marchó. El amanecer se quedó mudo.

CuentosdeBCRamos. Del libro Palabras Pesadas.
Toulouse Lautrec, Alone.

jueves, 25 de marzo de 2010

De Bertha C Ramos. Faena.

Faena
Vestida de blanco, como para boda,
me juego la existencia en la faena.
Quiero lidiar el toro por los cuernos
después de tantos pases de muleta.
El soberbio pitón de la rutina
hará lo suyo con la carne abierta.
No temo a la inclemente arremetida
de la bestia del tiempo.
Después de tantos pases de muleta
la estocada me ruega.
Vestida de blanco, como para boda,
me concederé las dos orejas.


PoemasdeBCRamos.
José Manuel Merello, Mujer mediterránea.

De Pär Lagerkvist. El Atardecer.

El atardecer
Es el atardecer cuando uno se aleja,
a la caída del sol.

Es entonces cuando se abandona todo.

El pensamiento recoge su tolda de tela de araña
y el corazón olvida el porqué de su angustia.
El caminante del desierto abandona su campamento,
que pronto desaparecerá bajo la arena,
y continúa su viaje en la quietud de la noche,
guiado por enigmáticas estrellas.

Pär Lagerkvist. Poeta, dramaturgo y novelista sueco (1891-1974). Premio Nobel  de Literatura en 1951.

lunes, 22 de marzo de 2010

De Marin Sorescu. La huida.

Un día
Me levantaré del escritorio
Y comenzaré a distanciarme de las palabras,
De vosotros
Y de las cosas, una por una.

Veré en la lejanía una montaña
E iré hacia ella
Hasta que la montaña quede atrás.

Luego iré a la siga de una nube
Y la nube quedará atrás.

También el sol quedará atrás
Y las estrellas y todo el universo...
Poeta, dramaturgo y novelista nacido en Rumania. 1936-1996

sábado, 20 de marzo de 2010

De Ryszard Kapuscinski. Un hombre mayor.

Un hombre mayor
levanta
un dedo que ha mojado con la lengua

mira
de dónde sopla el viento

después
se sitúa según la dirección del aire
y sale volando

no muy alto
no muy lejos

Ryszard Kapuscinski, Pinsk 1932-2007. Periodista, escritor, historiador, ensayista y poeta.

viernes, 19 de marzo de 2010

De objeto y sujeto. José Bergamín.

"Si yo fuera un objeto, sería objetivo; como soy un sujeto, soy subjetivo"
José Bergamín (Madrid1895 -1983) escritor, ensayista, poeta y dramaturgo español.
Joan Miró, Carota.

martes, 16 de marzo de 2010

De Silvio Rodríguez, La maza. ¿Democracia en Colombia?

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">Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte,
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura...
Si no creyera en la balanza,
en la razón del equilibrio,
si no creyera en el delirio,
si no creyera en la esperanza...
Si no creyera en lo que agencio,
si no creyera en mi camino.
Si no creyera en mi sonido ,
si no creyera en mi silencio...

lunes, 15 de marzo de 2010

De Mario Benedetti. A tientas.

Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas/ vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.

viernes, 5 de marzo de 2010

De Alejandra Pizarnik. Solamente

Solamente
ya comprendo la verdad

estalla en mis deseos

y mis desdichas
en mis desencuentros
en mis desequilibrios
en mis delirios

ya comprendo la verdad

ahora
a buscar la vida

De Darío Jaramillo A. Algún día.

Algún día te escribiré un poema que no
mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.

Algún día te escribiré un poema sin pájaros,
sin fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.

Algún día te escribiré un poema que se limite
a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas;
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.

Darío Jaramillo A.     ( Colombia 1947 )
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