jueves, 29 de julio de 2010

De Emily Dickinson.

Sobreviví la noche de un modo secreto
y entro en el día.
Le basta al que está a salvo saber que fue salvado
aunque no sepa el cómo.

Tomo, pues, mi lugar entre los vivos,
como quien deja que lo lleven,
candidata al azar de la mañana
pero citada con los muertos.

De Blanca Varela. Ymis ojos, fijos, sin nombre.

No he buscado.
Por costumbre si escucho el canto de un pájaro
digo (a nadie) ¡vaya: un pájaro!
O digo ¿de qué color era?
Y el color no tiene en realidad importancia,
sino el espacio en que una inmensa flor sin nombre se mueve,
el espacio lleno de un esplendor sin nombre,
y mis ojos, fijos, sin nombre.

miércoles, 28 de julio de 2010

Haiku. De Bashô.

Como la almeja
en dos valvas, me parto
de ti con el otoño.

De Eduardo Galeano. Celebración de las bodas de la razón y el corazón.

¿Para qué escribe uno si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o a la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.
Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir el lenguaje que dice la verdad.
De El libro de los abrazos.
Fotografía: Juliana Palencia. Nuquí, Colombia.

De Emily Dickinson. He visto un ojo moribundo

He visto un ojo moribundo
rodar y recorrer un cuarto,
como buscando alguna cosa.
Después nublarse,
después oscurecer,
después cerrarse
sin revelar qué era
lo que -visto- lo hubiese sosegado.

jueves, 22 de julio de 2010

De Harold Alvarado. Los tiempos han dispuesto buenas o malas tardes.

Nada fue fácil para él.
Nada difícil.
El tiempo dispuso para su corazón
buenas y malas tardes
Hasta cuando sufrió el desdén,
La frialdad, la escasez de una mirada.
Se duele el hombre en lo que ama
Se duele la mujer
Los tiempos han dispuesto buenas o malas tardes.

martes, 20 de julio de 2010

De Borges. Laberinto.

No habrá nunca una puerta. Estás adentro
Y el alcázar abarca el universo
Y no tiene ni anverso ni reverso
Ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
Que tercamente se bifurca en otro,
Que tercamente se bifurca en otro,
Tendrá fin. Es de hierro tu destino
Como tu juez. No aguardes la embestida
Del toro que es un hombre y cuya extraña
Forma plural da horror a la maraña
De interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
En el negro crepúsculo la fiera.
Fotografía Mauricio Ramírez. Jaisalmer,desierto del Thar, India.

lunes, 19 de julio de 2010

Haiku. De Sôgui.

No es que atardezca,
es que la lluvia es noche:
otoño en la ventana.

domingo, 18 de julio de 2010

Del monje Ryôkan.

Mezclándose con el viento,
cae la nieve.
Mezclándose con la nieve,
sopla el viento.
Frente a la chimenea
estiro las piernas,
y confinado a esta cabaña
dejo que ocioso
transcurra el tiempo.
Cuento los días
y me doy cuenta
de que febrero, también,
ha llegado y se ha ido
como un sueño.
Ryokan, De Gotas de rocío sobre una hoja de loto.

sábado, 17 de julio de 2010

LA VUELTA. Bertha C Ramos.

LA VUELTA

Dos días después de haber nacido algo le dijo que ese pezón oscuro del que había estaba mamando era ajeno. Doce meses más tarde había advertido que el filo de una cuchilla es helado y veloz. Al cabo de noventa y cuatro semanas, y luego de una contienda secreta con el sonido insuficiente de la letra pe, logró decir papá y entendió la subordinación. Habían pasado cinco años cuando arrastró un perro muerto hasta la línea del tren para comprobar la inmortalidad del alma. Durante la adolescencia quiso ser una mujer invulnerable, y al alcanzar la pubertad soñó con ser un hombre que pudiera llorar abiertamente. Ya entrada en la madurez dio vueltas y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas alrededor de su sombra tratando de atraparla entre dos fases lunares, sin conseguirlo. La proximidad de un final infeliz le reveló la profunda intimidad que existe entre la soledad y la vida, así que, en el último minuto, hizo un giro de ciento ochenta grados para morir apresuradamente. Dos días después de haber vuelto a nacer, algo le dijo que ese pezón oscuro del que ahora estaba mamando había sido suyo en alguna otra ocasión.


cuentosdeBCRamos. De Los nudos falsos.
Obra de Kent Williams.

De Pablo Milanés.Paloma Plañidera.

A veces me siento como una paloma plañidera
A veces me siento como una paloma plañidera
A veces me siento como una paloma plañidera
Me siento como una paloma plañidera
Siento como una paloma plañidera

A veces me siento como un águila en el aire
A veces me siento como un águila en el aire
A veces me siento como un águila en el aire
Me siento como un águila en el aire
Siento como águila en el aire

A veces yo quisiera estar muerto
A veces yo quisiera estar muerto
A veces quisiera estar muerto
Yo quisiera estar muerto
Quisiera estar muerto

viernes, 16 de julio de 2010

De Borges. Límites.


                         Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar.
                         Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
                         Hay un espejo que me ha visto por última vez,
                         Hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.
                         Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos)
                         Hay alguno que ya nunca abriré.
                         Este verano cumpliré cincuenta años;
                         La muerte me desgasta, incesante.
Fotografía: Día lluvioso en Barranquilla, Colombia.

miércoles, 14 de julio de 2010

De Cortázar. Quizá la más querida.

Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

lunes, 12 de julio de 2010

De Héctor Rojas Herazo. Súplica de amor.

Por mi voz endurecida como una vieja herida;
Por la luz que revela y destruye mi rostro;
Por el oleaje de una soledad más antigua que Dios;
Por mi atrás y adelante;
Por un ramo de abuelos que reunidos me pesan;
Por el difunto que duerme en mi costado izquierdo
Y por el perro que lame los pómulos;
Por el aullido de mi madre
Cuando mojé sus muslos como un vómito oscuro;
Por mis ojos culpables de todo lo que existe;
Por la gozosa tortura de mi saliva
Cuando palpo la tierra digerida en mi sangre;
Por saber que me pudro.
Ámame.
Héctor Rojas Herazo, Tolú, Colombia, 1921.

Haiku. De Kôiô.

Caí de bruces.
Con hojas de sombrera
limpié mis manos.
Kôiô

sábado, 3 de julio de 2010

De Vasilis Vasilikós.Epílogo.

Y, sin embargo, no existe poesía
donde no existe esperanza.
Todos los grandes poetas
eran grandes optimistas
que conocían a la perfección
la longitud de cada túnel,
la longitud de cada soledad.
Vasilis Vasilikós, Grecia,1934.

De Giannis Kondós. Del libro Los huesos.

41.
Hoy les espera un largo viaje
a mis ojos. Transitan
de un zapato al otro.
Todo el día, sin tomar un descanso.
Traducción de Guadalupe Flores.
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