viernes, 29 de julio de 2011

De Borges. El disco.

EL DISCO
J.L. Borges.
Soy leñador. El nombre no importa. La choza en que nací y en la que pronto habré de morir queda al borde del bosque. Del bosque dicen que se alarga hasta el mar que rodea toda la tierra y por el que andan casas de madera iguales a la mía. No sé; nunca lo he visto. Tampoco he visto el otro lado del bosque. Mi hermano mayor, cuando éramos chicos, me hizo jurar que entre los dos talaríamos todo el bosque hasta que no quedara un solo árbol. Mi hermano ha muerto y ahora es otra cosa la que busco y seguiré buscando.

Vicentico y Diego Torres. Usted.

jueves, 28 de julio de 2011

POEMARÍO. Festival internacional de poesía en el Caribe.




De Raúl Gómez Jattin. Ruego a una deidad.

Sorprendí a la desgracia robándose mis palomas
y la espanté a latigazos
Volvió sus dientes temblorosa de rabia
y de una bofetada me robó la pasión

Perdóname señora oscura y venerable
mi atrevimiento de hijo bastardo
que no puede más con su vacío corazón

De Luigi Bressan. Espero.

Espero que algo me agarre:
bajo el amanecer de ojos oscuros
mi pelo de pavor
se eriza en el aire…
Veo un gusano atravesar
la calle sin saber,
sin poder nada;
el álamo que desde ayer
tuerce las ramas siempre
hacia el mismo lado.
Y espero aún, y espero…

miércoles, 27 de julio de 2011

De Cristanziano Serricchio. La luna detrás de la casa.

Me corro un poco hacia un lado
y la sombra de la casa desaparece
y me quedo solo con la luna en el cielo
reflejada en este vaso.

De Luisa Goldenberg.

Cierro los ojos,
ya cantan los pájaros.
Fin de la noche.

De Diecisiete sílabas a la manera de haiku.

De Ernesto McCausland: El Joe que yo conocí.



http://www.conexioncolombia.com/index.php?view=article&id=2660&catid=&Itemid=18

martes, 26 de julio de 2011

viernes, 22 de julio de 2011

lunes, 11 de julio de 2011

De Raúl Gómez Jattin. Deslumbramiento por el deseo.

Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces

Deslumbras mis ojos
y quedas en el aire
En Del  amor.

domingo, 10 de julio de 2011

De Juan Gustavo Cobo Borda. Crisis.

Una tarde el amor se acaba
y tanta magia
se trueca en fastidiosa servidumbre
y las palabras únicas
son ruido
para llenar vacíos.
Asoma la bobería de todo ser
y ningún esfuerzo
logra encender de nuevo ese sol
de la atracción sin límites.
Todo es incomodidad y fuga
para no herir, en vano,
y decretar por fin lo irremediable.
Lo sabido pero no aceptado.
Súbditos de vanas fantasías,
vemos caer a tierra
la pintura fervorosa
que aplicamos sobre nadas
que ahora sí son nada.
Y lo peor de todo:
el alivio que experimentamos
al cancelar la dicha
y eludir la trampa,
felices de iniciar el duelo
y decir adiós con mucha calma.

sábado, 9 de julio de 2011

De José Saramago. Que vengan finalmente.

Que vengan finalmente las altas alegrías,
Las ardientes auroras, las noches calmas,
Que venga la paz deseada, la armonía,
Y el rescate del fruto, y la flor de las almas.
Que vengan, amor mío, porque estos días
Son de muerte cansada,
De rabias y agonías       
Y nada.

De Probablemente alegría.

jueves, 7 de julio de 2011

De Lauren Mendinueta. Así pasan los años.

Pasan los años,
y aunque la vida me acusa de inmovilidad,
también yo he viajado.
Como una partícula de polvo
he revoloteado por la casa y me he prendido a los libros.
Como un insecto he reposado a la orilla de las acequias,
o simplemente he sido una mujer que de tarde en tarde
ha mirado hacia el mar
buscando barcos olvidados por la neblina
y que vuelven a la memoria,
sin esperanza distinta de la muerte.


De Silvia Favaretto. Nocturno 2-3

El sueño
nada es salvo una prueba general
de la muerte.
Pasamos buena parte de la vida
perfeccionando la escena,
hasta que,
en un momento dado,
nos sale bien.

Tras el negro cielo
hay un dios aburrido
que nos espía a través
de esos agujeros
que creemos estrellas.
De La carne del tiempo.
Paul Gauguin Nunca Más ¡oh Tahití!


martes, 5 de julio de 2011

De Raúl Gómez Jattin. Amarrado.

¿Quién fuera otro libre
pero analfabeto? no
y no lo quiero
Prefiero padecer con las palabras
padecer pensando
a estar amarrado a un placer
sin el cielo del espíritu
De El esplendor de la mariposa.

lunes, 4 de julio de 2011

De Derek Walcott. Finales.

Las cosas no explotan, 
se debilitan, se desvanecen, 
como la luz del sol se desvanece de la carne, 
como la espuma se absorbe rápidamente en la arena, 
incluso el relámpago deslumbrante del amor 
carece de un final estruendoso,
muere con un sonido 
de flores marchitándose como la carne 
con la piedra pómez húmeda, 
todo trabaja para esto 
hasta que nada nos queda
salvo el silencio que rodea la cabeza de Beethoven.



De Rafael Argullol. La frontera de la amenaza.

http://www.elespectador.com/impreso/cultura/articulo-281735-frontera-de-amenaza

"Siempre tememos a los bárbaros y siempre creemos que están más allá de una frontera. La naturaleza de ésta no es clara y ni siquiera hace falta que su trazado sea demasiado visible. A veces la frontera tiene aduana y policías, pero en otras ocasiones coincide prácticamente con nuestra piel."



domingo, 3 de julio de 2011

De Raúl Gómez Jattin. Pequeña elegía.

Ya para qué seguir siendo árbol
si el verano de dos años
me arrancó las hojas y las flores
Ya para qué seguir siendo árbol
si el viento no canta en mi follaje
si mis pájaros migraron a otros lugares
Ya para qué seguir siendo árbol
sin habitantes
a no ser esos ahorcados que penden
de mis ramas
como frutas podridas en otoño
De Amanecer en el valle del Sinú.

De Roberto Juarroz. Poemas de la otredad. 17.

Detener la palabra
un segundo antes del labio,
un segundo antes de la voracidad compartida,
un segundo antes del corazón del otro,
para que haya por lo menos un pájaro
que puede prescindir de todo nido.
El destino es de aire.
Las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
pero la ausencia necesita otros
para que las cosas sean
su destino de aire.
La palabra es el único pájaro
que puede ser igual a su ausencia.


De Susana Thénon. Resto.

Quedan los movimientos elementales
de la sangre
y el rostro, espejo ciego
donde se precipita el mediodía.

Quedan las manos, apenas,
suavemente dibujadas
en la espalda negra del aire.
Quedan las palabras, no la música,
no el rumor equidistante del sol
cuando hace noche, dolor y miedo.

Quedan los animalitos cansados
de golpear, cara y ceca,
en su jaula de huesos.
De Habitante de la nada, 1959.

sábado, 2 de julio de 2011

De Giannis Ritsos. El alfarero.

Un día había terminado los cántaros, las macetas, las ollas. Le sobró
un poco de barro. Modeló a una mujer. Sus pechos
grandes y firmes. Regresó tarde a su casa.
Su mujer le discutió. No contestó. Al día siguiente
le quedó más barro, y todavía más al otro día.
No regresó a su casa. Su mujer se separó de él.
Le arden los ojos. Medio desnudo. Con una faja roja en la cintura.
Pasa toda la noche acostado con mujeres de barro. En las madrugadas
se le oye cantar del otro lado del cerco de la cantarería.
Incluso se quitó la faja roja. Desnudo. Completamente desnudo. Y a su alrededor
los cántaros vacíos, las ollas vacías, las macetas vacías
y las hermosas, ciegas, sordomudas mujeres con los pechos mordidos.
Del libro Tanagras
Traducción de Guadalupe Flores.

De Oscar Hahn. ¿Y ahora qué?

Y ahora
qué haremos tu y yo
tomados de esa mano
que termina en un cuerpo
que no es el nuestro?


De Giannis Kondós. Del libro Los huesos. 29

Escudriño el lienzo de mi vida,
un algodón de lo más corriente
a cuadros austeros. No representa
ningún interés. Sólo que por una vez o dos
a punto estuvo de volverse seda, pero los gusanos de seda
echaron a volar como mariposas.
Traducción de Guadalupe Flores.

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