IV
Una vez fuera de la naturaleza nunca más tomaré
mi forma corporal de forma natural,
sino una forma como aquellas que el orífice griego
forjara en oro y en oro esmaltara
para que el soñoliento Emperador no se durmiera;
o cantaré, posado en una rama dorada,
para damas y señores de Bizancio,
aquello que haya pasado, que pasa o por venir.
De La Torre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario