martes, 3 de enero de 2012

De Yves Bonnefoy. El hermoso verano.

 Muchas veces en el silencio de una hondonada
Oigo (o deseo oír, no lo sé)
La caída de un cuerpo entre las ramas. Larga y lenta
Es esta caída ciega; que ningún grito
Viene nunca a interrumpir o a acabar.

Pienso entonces en las procesiones de la luz
En el país sin nacer ni morir.
Traducción de Alejandra Pizarnik e Ivonne A. Bordelois.

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