lunes, 13 de febrero de 2012

De Anna Ajmátova.Tres cosas le encantaban.

Tres cosas le encantaban a él:
los pavos reales blancos, las oraciones vespertinas
y los desteñidos mapas de América.
No soportaba los mocosos chillones,
ni la mermelada de frambuesa con su té,
ni la histeria femenina
…y estaba atado a mí.

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