en
un solo lugar de la ciudad
Llovía
sobre
una sola persona
Y
cada vez que el hombre
buscaba
huir de la lluvia
ella
lo seguía
por
todas partes
El
hombre
caminaba
de pueblo en pueblo
con
su lluvia a cuestas
Comía
y dormía a la intemperie
protegido
tan sólo
por
su gorro de lana
Una
tarde mientras yacía
en
un banco de la plaza
la
lluvia dejó de caer
Ahora
el hombre
vaga
por el mundo
desnudo
de su lluvia
Y
no hay rayo de sol
ni
cielo azul
que
puedan reemplazarla