Así de simple como eso de recordar quién eras
Como eso de saberte con el amanecer
Yo sí te recuerdo
Eras el pan y la sábila guardando el misterio
tras las puertas
Sí, eras de pan y mineral blando
Ahora que recuerdo bien
Y me acomodo algunos años
Algunos cirios encendidos
Algunas copas a medida
Ahora viejo y de espaldas a la sombra
Adjunto también la torpeza
Y es que los años nunca vienen solos
Suelen acompañarlos esas raras tibiezas sin
nombre
Esa pasividad que sólo da el tiempo y los
ayunos
Cuando el hambre alcanza los platos vacíos y
se sirve.
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