miércoles, 2 de enero de 2013

De Margaret Atwood. Textos.


Hace unos días, una amiga me llamó por teléfono y me dijo: voy a suicidarme. ¿Por qué?, pregunté. Él me ha dejado, contestó. No tengo nada por lo que vivir. De acuerdo, dije, ¿y cómo vas a hacerlo? ¿Con pastillas? No, respondió, eso me haría vomitar. Si no funcionara, quiero decir. No soporto que me hagan lavados de estómago, es humillante. Bueno, con una pistola entonces, dije. Piensa en lo sucio que se pondría todo. La mancha no se puede limpiar y no soporto el escándalo. Puedes ahorcarte, le propuse. Pero es que se te queda tan mala cara, repuso. Se podría decir lo mismo de cuando una intenta ahogarse, dije. Bueno, eso es lo que hay, replicó, pero ¿qué voy a hacer, ahora que me ha abandonado y no tengo ningún motivo para vivir? ¿Y quién te dice que tienes que vivir por algo?, dije. ¿Es que tú vivías para él cuando estaba contigo? No, respondió. Vivía pese a él, vivía contra él. Deberías decir, entonces, no tengo nada en contra de qué vivir, repliqué. Es lo mismo ¿no crees?, respondió. Le dije que no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...