En plena floración
primaveral llegó una mañana Muerte en busca de Joven. Joven se miró al espejo y
luego llevó sus ojos con cautela hacia el armazón de huesos. ⸺Aún no es
hora ⸺dijo Joven⸺, no debemos andar juntas. Si te vieras reflejada en las vidrieras al
lado de mi radiante lozanía, podrías morirte de pena eternamente. Muerte se
miró al espejo y transigió. Por más de sesenta años Joven pagó gimnasios, pagó
masajes, pagó terapias, liposucción, blefaroplastia, pagó laxantes, pagó
efedrina, pagó dietéticos y diuréticos. Un otoño volvió Muerte. Vieja se miró
al espejo y transigió. Atravesaron la ciudad y caminaron cerro arriba. Aún bajo
la fosforescencia de aquel atardecer, hubiera sido imposible distinguir una de
otra.
Hans Baldung Grien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario