Los
hombres que estaban en el café
Se
sacaron el sombrero maquinalmente
Saludaron
al muerto distraídos
Todos
estaban vueltos hacia la vida
Absortos
en la vida
Confiados
en la vida.
Pero
uno se descubrió con un ademán amplio y demorado
Mirando
el cajón largamente
Ése
sabía que la vida es una agitación feroz y sin finalidad
Que
la vida es traición
Y
saludaba la materia que pasaba
Liberada
para siempre del alma muerta.
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