DEICIDIO
Se encontraba Diego Armando Maradona, tras su muerte, a la diestra de
Dios Padre. Después de haber alabado sus profusas aspiraciones, su inteligencia
de juego, su omnipotente voluntad, sus infalibles disparos, su cabello
ensortijado y su dominio del balón, Dios Padre lo convidó a que realizara un acto penitencial para obtener el perdón por haber sido soberbio. Estaban en
eso, arropados en santidad bajo la acción de la gracia, cuando oyeron el
revuelo que causó en toda la tierra que sectores conservadores tildaran a Diego
Armando de haberse erigido en ídolo teniendo los pies de barro.
Maradona, a quien el coloquio sacro le había hecho comprender el
concepto de pecado y empezaba a mascullar el acto de contrición, reaccionó
furiosamente; y mirándose los pies, y manoteando sobre el hombro de Dios Padre, le dijo: Boludo, ¡es
que el pecador sos vos!
Fotografía: Bertha C Ramos. Catedral de Santa Catarina, Goa, India.
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