Septiembre 26 de 2021. Después de haber vivido una pandemia cuesta trabajo moverse. Pero viajar no es simplemente irse de un lugar a otro. Viajar es ir armando un inmenso rompecabezas conformado por detalles, extensos planos coloridos, personas, paisajes, soledades, compañías, comidas, confusiones, temores, logros y aprendizajes. Viajar es llevar abiertos los ojos sea de día o sea de noche, pero también estar dispuesto a transformarse con aquello que miramos. Es salir tras el asombro.
Caminos que se pierden en el azul del Caribe.
En Miami, un hogar pleno de sueños y detalles es un inicio perfecto en el camino hacia Dubai.
nuestra anfitriona amorosa
Almas que se van y permanecen en las casas
El placer de un rico martini
Me busco entre los objetos y me encuentro sobre el teclado de un piano silencioso.
La ventana hacia la luz
De Miami a Dubai hay14 horas en un vuelo directo. Miro el gigantesco pájaro que nos llevará en su vientre.
La noche es para volar sobre el Atlántico con una cubierta de estrellas en el techo del avión.
Llega el día, y con él, el continente. Cruzamos Francia y bajamos hacia Turquía.
El último puente del Estrecho del Bósforo al entrar en el Mar Negro
La hermosa luz de Turquía a comienzos del otoño
Atravesamos los extensos territorios montañosos de Siria e Irak
los paisajes de una antigua Mesopotamia, cuna de la civilización,
y entramos finalmente al Golfo Pérsico
Después de 14 horas horas se dejó ver Dubai, resplandeciente en la reciente noche.
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