¿Para qué escribe uno si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o a la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.
Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir el lenguaje que dice la verdad.
De El libro de los abrazos.
Fotografía: Juliana Palencia. Nuquí, Colombia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario