De Gustavo Tatis Guerra. Epicuro blasfema al atardecer.
Me
sobrecogen los atardeceres. Pienso en la tragedia humana, en los desatinos de
las guerras y me intriga la ineficacia de los ángeles. Esplende la rosa sin su
espina. No esplende la vida sin la muerte. No esplende el hombre sin su
infierno. ¿Entonces qué hay en la mirada de Dios? Si él puede hacer invisible y
desaparecer el mal, por qué no lo hace? Si puede y no quiere, entonces es un
malvado. Si quiere y no puede, es además de malvado, impotente. Me resisto a
ver perder la luz dorada que se eleva y se disipa entre un cielo oscuro.
Fotografía: María Camila Ramírez. Punta del Este, Uruguay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario