miércoles, 16 de enero de 2013

CELEBRACIÓN FAMILIAR. Por Bertha C Ramos.


Cesáreo Sosa aborrece las pequeñas cosas. Es ajeno a los aleteos de las moscas, a las mujeres y lo efímero. Es corredor de bolsa, admirador de la Gran Muralla China, del Muro de los Lamentos y el Cañón del Colorado. Eugenia Marín hubiera querido internarse en el monasterio de las Carmelitas Descalzas y dedicarse a tejer lindas manoplas para bebé, pero conoció a Cesáreo Sosa, y él le dijo que ella estaba destinada a grandes cosas: que ese luto permanente de sus ojos andaluces era un gancho extraordinario para atraer inversionistas. Así que, Eugenia Marín abandonó la idea de ser una monja mendicante, y, desde hace veinte años, convino en practicar el modelo capitalista de Cesáreo como una buena forma de sociedad conyugal. Al presente, parecerían la pareja perfecta. El día de Navidad festejan sus maniobras financieras en un alto sembrado de eucaliptos donde extienden un mantel sobre el que colocan viandas. Cesáreo almuerza primero, Eugenia lima sus uñas. Cesáreo pasa las sobras, Eugenia mastica suave. Cesáreo limpia sus dientes con un palillo. Eugenia Marín de Sosa mira el valle con el luto permanente de sus ojos andaluces. El viento se siente helado. Después, como católicos ejemplares, se van directo a la iglesia a recibir la comunión.
cuentosdeBCRamos. Del libro Palabras Pesadas..
Obra de Óscar Kokoschka

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...