lunes, 19 de octubre de 2009
De Fabio Martínez. Musas y mozas de la ópera.
Siempre he pensado que las musas de la ópera lo hacen de una manera tan especial, debido a que en su infancia se desayunaban con pájaros que pasaban con pan, agua y miel de abejas. Sus bustos son grandes y prominentes no porque se hayan dedicado a amamantar hombres minusválidos o hayan vivido en alguna época de su vida en la Vía Láctea. Sus bustos son grandes y prominentes por el pájaro que se tragaron en la infancia y quedó atascado para siempre en sus ardientes pechos.
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