No imaginé que todos mis caminos
estuvieran trazados y medidos,
y que un querer ajeno resolviera
todo el temblor de líneas de mi rostro,
que tenga que saltar a cada latigazo
al ver los aros incendiados,
y sin pausa girar sobre la arena,
yo, un animal indomeñable.
De El Reverso de la Luz.
Egon Schiele,Self-portrait with arm twisted above head (1910),
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