Una mujer amó a un marinero. Un buen día, el marinero tuvo que viajar...por años. La mujer entonces, compró un catalejo para sentarse a mirar el mar a la espera de su hombre. Pasó el tiempo. La mujer aprendió el sabor de la espera y supo del color de la añoranza; y ambas cosas le gustaron. Un día, el marinero volvió, y se amaron como locos por tres meses; rompieron la cama y deshilaron la hamaca. Pero un buen día (otro), el hombre se levantó y encontró a la mujer instalada en la terraza mirando al horizonte por el catalejo. "Qué buscas?", preguntó el hombre, y la mujer respondió: "A ti".
David Sánchez Juliao, 24 de Noviembre 1945- 9 febrero 2011.
Una mujer que esperó, paciente, por años, tanto, que aprendió a amar la espera.
ResponderEliminarHago parte de la Colombia que sufre por la partida de este gran escritor y persona; lo bueno no es eterno.
Muchos besos, Bertha.
Buen viento y buena mar para David Sánchez Juliao, ojalá que nos crucemos en la próxima. Abrazo.
ResponderEliminar:)
ResponderEliminar