Llamamos al fotógrafo ambulante que pasaba esta mañana por el campo.
Nos sentamos bajo los almendros, pusimos en medio a la abuela y al abuelo y apretamos los labios para no reír al mirar la ventanita redonda que se parece al ojo de una vaca soñolienta.
En la fotografía no aparecieron nada más que flores, mariposas y sol.
Rió la abuela y el abuelo también, cuando vieron que no somos más que flores, mariposas y sol.
Reímos nosotros y todo alrededor, y todo dentro de nosotros reía -todo: las flores, las mariposas y el sol.
Yannis Ritsos, Monemvasiá, pueblo del Peloponeso, 1909.
De Sueño de un mediodía de verano.
Obra de Alexej von Jawlensky.
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